martes, 30 de julio de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
sábado, 27 de julio de 2013
¿CASTIGAR AL NIÑO SIN FUTBOL?
¿CASTIGAR EL NIÑO SIN
FUTBOL?
Cuando han pasado ya tres
meses desde que comenzáramos la
temporada de futbol en la escuela de futbol y con la llegada de las primeras
notas de evaluación aparecen los temidos
primeros castigos sin jugar al futbol a
los niños de nuestra escuela. Algunos niños han vuelto a suspender algún que
otro examen y sus padres ya le habían advertido que si
suspendían le quitarían el futbol si no aprobaban.
Esta situación, por
desgracia está a la orden del día. Todos los que conocemos el futbol base sabemos que esta situación
se produce temporada tras temporada en
cada uno de los equipos de forma irremediable. Siguiendo este argumento y después
de leer varios artículos relacionados me permito el lujo escribir unas líneas, con el fin de orientar y reflexionar a entrenadores y padres de deportistas en edades tempranas en estos tiempo tan cambiantes e
inciertos.
En estos tiempos todo el mundo reconoce las innumerables ventajas para la salud
física y mental que representa la práctica del deporte, prácticamente nadie
pone en duda las ventajas que la práctica deportiva controlada y regulada lleva
consigo.
Nadie duda de la IMPORTANCIA
de las matemáticas, el inglés, la historia o las clases de piano por poner
algunos ejemplos para el futuro de los niños, pero no es menos cierto que por
encima de todo esto está la NECESIDAD de que nuestros jóvenes para
disfrutar de una salud tanto física como mental tengan una buena alimentación tengan,
tengan un descanso adecuado o practiquen algún deporte de forma regulada y controlada; visto de esta manera
puede parecer que estas cosas las IMPORTANTES Y LAS NECESARIAS puedes
estar contrapuestas pero no es así, deben complementarse unas y otras, no es
necesario quitar unas cosas para reforzar otras hay tiempo para todo si se distribuye de una
forma racional con una motivación adecuada.
Ningún Psicólogo, sociólogo o profesor aconsejará,
salvo casos muy concretos, el desligue de un niño/a, de una actividad
sensorial, emotiva, educativa, transmisora de valores, socializadora, sana y
divertida = DEPORTE.
Dicho de otra forma ningún profesional de la educación aconsejará a los
padres, el abandono de la práctica deportiva de un menor por motivos de bajo
rendimiento académico. Hacerlo, retirar a un chico con fracaso escolar o con
problemas conductuales del deporte REGLADO Y CONTROLADO, significa condenarlo a
un agravamiento CASI irreversible de su situación.
viernes, 26 de julio de 2013
"EL JUGADOR" Eduardo Galeano cuento de futbol
Eduardo galeano cuento de futbol
El jugador
jueves, 25 de julio de 2013
FUTBOL AL SOL Y A LA SOMBRA
Fútbol a sol y a sombra
Por Eduardo Galeano
La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez.
El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía.
Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad.
Por Eduardo Galeano
El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía.
Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad.
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